Construida en el siglo XVII, consta de tres naves donde la central está recubierta con una bóveda de arista y las laterales con bóveda de cañón con lunetos. Resulta impresionante el retablo mayor, así como el Cristo que fue traído desde la Ermita del Humilladero.
El retablo mayor, plateresco de principios del siglo XVI. Alberga dieciséis pinturas con escenas de la vida de la Virgen y San Pedro.